Japón es un país donde se prevé que para 2060 el 40% de la población será mayor de 65 años, y en el que hay una grave carencia de mano de obra debido a factores como la baja natalidad y a las restrictivas políticas migratorias.
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En la actualidad, centenares de centros de ancianos de todo Japón prueban los servicios de androides parlantes, camas inteligentes o exoesqueletos que ayudan a caminar, son algunos de los robots a prueba en residencias de ancianos de Japón como posible solución a la falta de trabajadores y al apremiante envejecimiento demográfico.

La mano de un robot (Imagen: Especial)
Debido a este panorama el Gobierno central lanzó en 2015 una estrategia para promover la aplicación de robots e IA, a la que se han destinado subsidios por un valor cercano a los 10 mil millones de yenes (83 millones de euros/ 92 millones de dólares), explica Caracol.
Los robots en Japón tienen un precio considerable
Estos aparatos, además, tienen un coste considerable que va desde los 400 mil yenes (3 mil 315 euros/3 mil 700 dólares) en el caso de Paro hasta los 14 mil 000 dólares (12 mil 500 euros) de Pepper entre precio base y mantenimiento.
Aunque la demanda global de los robots para la salud y el cuidado de ancianos es aún pequeña, Japón, el líder mundial del sector, estima que solo el mercado doméstico crecerá hasta los 400 mil 000 millones de yenes (3 mil 216 millones de euros /3 mil 690 millones de dólares) para 2035, 25 veces más que su volumen actual, según datos del Gobierno nipón.
¿Cómo funcionan los robots con los ancianos?
Un grupo de personas mayores toman el té y resuelven crucigramas guiados por un autómata en un salón. Varios ancianos juegan con mascotas robóticas frente a la televisión, y otros se desplazan con un cinturón motorizado acoplado a la cadera que refuerza la movilidad en las piernas y endereza la espalda.
Son escenas cotidianas en la residencia especial de ancianos Shintomi, un centro privado ubicado en el barrio tokiota de Ginza que tiene en marcha un programa piloto para introducir robots y sistemas de inteligencia artificial (IA) en sus servicios.
“Los resultados son por ahora positivos. Al principio hubo cierta sorpresa por el uso de robots, pero por ahora no hemos tenido ninguna reacción negativa de nuestros clientes ni de sus familiares“, explica el presidente de la empresa gestora del centro, Kimiya Ishikawa.
Su compañía comenzó a aplicar estas tecnologías en 2013 en tres residencias que operan en Tokio, en cooperación con empresas tecnológicas niponas y con apoyo financiero del Gobierno Metropolitano de Tokio.
Este centro emplea actualmente una veintena de modelos de robots o aparatos con IA entre cuyas funciones están la vigilancia de los ancianos mientras duermen, ayudarles a ir al baño, transportarles o mantenerlos activos física e intelectualmente con distintos juegos y actividades.

Robot cuidador (Imagen: Especial)
Aunque a simple vista no parece un robot, una de las máquinas más populares entre las usadas en el centro es un camastro capaz de transformarse automáticamente en silla de ruedas, de registrar los patrones de sueño de sus ocupantes y de alertar a los cuidadores si éstos se caen mientras duermen o si se levantan repentinamente.
“Nos ahorra mucho tiempo y esfuerzos a nosotros, y sufrimiento innecesario a los residentes al moverlos de un sitio a otro“, dice el trabajador del centro Nobuyuki Yamazaki.