Al invertir nuestro dinero, las palabras más peligrosas suelen ser “Esta vez es diferente”, dichas antes de un evento estrepitoso.
Generalmente, los inversionistas se convencen de que ahora pueden tomar inversiones de alto riesgo, pues las probabilidades de caída no se harán realidad, porque las reglas del juego ya cambiaron. Entonces, meten toda la liquidez posible en activos de alto riesgo (el ya famoso FOMO: Fear of Missing Out).

Los alcistas pueden ser víctimas de grandes pérdidas si se dejan llevar por sus sesgos || Fuente: Pixabay
Hay ejemplos dentro del mercado bursátil donde las personas se han dejado llevar por la avaricia comprando activos sobrevaluados esperando que sigan subiendo, solo para quedarse en las manos acciones que sufrieron fuertes correcciones.
A veces las correcciones de más del 50%, como en los años veinte del siglo XX o en la burbuja de las dotcom de los años noventa duran décadas para recuperarse.
Durante este año y el año pasado, la bolsa y otros activos como las criptomonedas han dado rendimientos extraordinarios y poco vistos, lo que puede terminar generando un sesgo cognitivo haciendo pensar a muchos inversionistas que estos rendimientos podrán seguirse obteniendo en el futuro.

Si vives cazando las caídas del mercado, podrías terminar no invirtiendo o dejando pasar la oportunidad por miedo || Fuente: Pixabay
La contraparte está en los bajistas que viven esperando la corrección para comprar agresivamente, pero no compran porque el miedo se apodera de ellos: piensan que el precio no ha tocado el piso y no toman acción.
Lo que podemos hacer es dejar de perseguir los ciclos del mercado y aceptarlos. Por eso es importante diversificar las inversiones, planear y rebalancear el portafolio entre activos de bajo y alto riesgo, además de controlar nuestras emociones. Esto porque es necesaria la paciencia mientras inviertes.

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