Uno de los principales métodos para ahorrar un poco de dinero es asegurarse de no gastar luz sin sentido. Por eso es importante verificar la eficiencia energética de los productos que compramos; prender solo las luces que sean necesarias durante la noche; etc.
Debido a esto, el mercado se llenó con un muchísimas variedades de focos distintos entre sí. Hay focos de luz incandescente, otros de luz blanca, algunos de colores neón y otros que utilizan tecnología LED, entre otros.
En esta ocasión, hablaremos precisamente de esta última opción, los focos LED, y echaremos luces sobre su consumo de energía y su impacto para el bolsillo.

Analizaremos qué tipo de focos le convienen a tu bolsillo | Fuente: Unsplash
Focos LED, ¿te ayudan a ahorrar luz?
Dentro de la gama de focos que existen en el mercado, hay dos principales opciones que se mantienen en la pelea por ser los que menos energía utilizan: los focos LED y las bombillas ahorradoras.
Según los expertos de la industria, ambas opciones consumen entre 70 y 80% menos electricidad que las bombillas comunes, las de luz incandescente. Pero entonces, ¿cuál de estos es una mejor elección para tu hogar?
Lo primero que debes considerar es qué tipo de uso le das a cada bombilla: si lo que buscas es iluminación ocasional, como el foco del baño o el de algún pasillo, lo mejor sería inclinarte por un foco ahorrador.

Elementos a considerar para elegir focos adecuados | Fuente: Unsplash
Si, por el contrario, quieres iluminar un espacio recreativo como la sala o un cuarto de juegos, es muy probable que la luz LED te convenga mucho más, pues generalmente es más amable con tu vista e incluso, en ocasiones, cuenta con la posibilidad de personalizar el color.
Ahora bien, cuando se trata de la vida útil del producto, las bombillas ahorradoras pueden durar alrededor de 10 mil horas; mientras que los focos LED alcanzan las 50 mil horas de uso. No obstante, el precio de ambos productos varía considerablemente: de hecho, en algunos casos, los focos LED pueden costar hasta 20 veces más que una bombilla ahorradora.
En conclusión, debes guiar tu decisión de acuerdo al uso que le darás al foco que elijas; aunque ambas opciones son buenas para ahorrar un poco de energía.

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