Los ingresos que genera Petróleos Mexicanos (Pemex) al presupuesto público federal ha venido a la baja desde el 2014. Por su parte,el dinero que transfiere el gobierno actual a su operación va al alza, siendo que además se considera proyecto prioritario. Esta situación es para las calificadoras de riesgo crediticio una amenaza para las finanzas públicas nacionales.
Tres de las cuatro calificadoras que revisan el perfil crediticio de México, Moody’s Investors Service, Fitch Ratings y HR Ratings, advierten sobre esta situación, a contracorriente del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2014, los precios del petróleo y la producción mundial fueron a la baja, dando como resultado una menor percepción de ingresos petroleros. En 2020, esta baja recepción se enfatizó con el Covid-19. Asimismo, la tendencia es que los combustibles fósiles vayan paulatinamente a la baja a nivel mundial.

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Mientras que esto supuso recortes al presupuesto para Pemex durante la administración Peña Nieto, el presupuesto ha ido al alza durante el gobierno de AMLO.
Asimismo, a esta situación se suman factores como el entorno económico mundial, el incremento en el costo de la deuda, un mercado interno sin crecimiento, el creciente gasto público en pensiones, además de la baja llegada de remanentes del Banco de México.
Las calificadoras coinciden en que el gobierno debe activar la economía y desahogar las finanzas públicas. Sin embargo, de la recuperación económica depende la aplicación de la vacuna contra Covid-19.

Asimismo, las calificadoras indican que debe mejorar la tributación, como ocurrió en 2020. Una reforma fiscal es factible, pues el gobierno de México se está quedando sin fondos de reserva.