Tras el Covid-19 y la subsiguiente crisis económica, las familias mexicanas vieron reducidos sus ingresos en muchos casos. Con ello, buscaron alternativas alimenticias, como sustituir las carnes por lácteos como fuente de proteína.
Durante el Congreso del Sector Lácteo 2020 organizado por la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (CANILEC), Karina Álvarez, de Euromonitor señaló que los consumidores optaron por lácteos en vez de carnes debido a su precio. Para este año, señala, se prevé que las ventas al minorista de lácteos crezcan 3.4% a tasa anual. La analista refiere:
“La pandemia benefició de diversas formas a la industria láctea. Las personas, al estar más tiempo en casa y con menos recursos económicos, incrementaron sus compras de lácteos, como yogures y quesos”.
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En contraste, se trata del primer dato positivo en los últimos tres años. En 2018 y 2019 las ventas al minorista cayeron 1.5% y 0.7% a tasa anual respectivamente.
Asimismo, se modificaron los canales de distribución, pues la venta de lácteos anteriormente ocurría en supermercados y restaurantes, mientras que ahora es en tiendas de abarrotes.
No obstante, la gerente de marketing de Dupont, Hilda Paredes, indica que esta industria enfrentará retos en el fututo, debido al deterioro de la economía y al nuevo etiquetado.
Mientras que ayer supimos que el indicador de actividad industrial en septiembre ya se mantuvo estable y sin crecimientos, es posible que los consumidores se refugien en productos asequibles para comer.