El Senado aprobó el pasado jueves aumentar a 12 días las vacaciones obligatorias para los trabajadores con al menos un año en su empleo. Sin embargo, esta es una medida que puede traer consecuencias negativas para los trabajadores, te contamos porqué.
Aunque en principio a todos nos gusta descansar más, cuando se trata de manejar la economía, las buenas intenciones pueden tener resultados fatales.
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Es decir, desde el punto de vista del trabajador (del sector formal), puede ser una buena noticia que va a descansar más. Sin embargo, del lado de la empresa, incrementar las vacaciones puede significar que se encarezca la mano de obra.
Así, aumentar las vacaciones pagadas puede ser redituable para ciertas empresas, sectores y puestos de trabajo. Sin embargo, para las pequeñas y medianas empresas que están luchando por crecer o por pagar la nómina, esta medida puede significar encarecer tanto la contratación que dificultaría su propia operación.
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De este modo, hacer más caro contratar trabajadores, en medio de un contexto en el que las economías muestran preocupaciones sobre el crecimiento económico y el desempleo es contraproducente porque hace que las empresas abran menos vacantes y puestos nuevos, afectando precisamente a los trabajadores desempleados, o arrastrando a quienes tienen empleo (formal) hacia el desempleo.
La otra válvula de escape de una economía como la mexicana es la informalidad, que precisamente absorbe a esos trabajadores que no encuentran un acomodo en el mercado formal. Justamente, los trabajadores del sector formal no cuentan con “prestaciones de ley”. Sin embargo, esta mayor flexibilidad permite comprender porqué en septiembre de 2022, la tasa de informalidad se situó en 55.6%.
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Si queremos que el sector formal no expulse trabajadores, es vital no encarecer por decreto la mano de obra por encima de su valor de mercado. Las vacaciones y mejores sueldos se pueden ofrecer por el mercado si existen inversiones y crecimiento y no por decretos gubernamentales, que más bien nos afectan a todos.
Mientras tanto, el proyecto de ley debe ser turnado a la Cámara de Diputados para su aprobación. ¿Cuáles serán las consecuencias? Lo veremos en los próximos años, cuando los tomadores de decisiones de hoy ya no estén ocupando sus cargos.
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