La semana pasada, el Inegi divulgó que la inflación en México se redujo 0.22% mensual en mayo, y que la lectura anual se desaceleró a 5.84% anual, su menor nivel desde agosto del 2021. Sin embargo, queda la pregunta: ¿Por qué si la inflación en vez de avanzar, como estábamos acostumbrados, disminuyó en la lectura mensual, y aún así no lo sentimos en el bolsillo?
En perspectiva, en 2022 vimos el pico de la inflación en México, que llegó a 8.70% anual en agosto y septiembre. Aunque ahora vemos lecturas más moderadas, debemos tener en mente que la inflación nos muestra la velocidad con la que el dinero pierde poder adquisitivo. Es decir, ahora su poder de compra está cayendo con más lentitud, pero lo sigue perdiendo.

La inflación en México retrocedió 0.22% a tasa mensual en mayo || Fuente: Freepik
De hecho, la inflación sigue siendo una preocupación para el Banco de México, que aún no está en el rango objetivo, que le obliga a estar un punto porcentual por encima o por debajo del 3%. Sin embargo, el Banco Central está confiado en que las tasas de interés actuales, en un nivel de 11.25%, y que se espera no sean recortadas en al menos tres meses, ayuden a que la inflación finalmente retorne a su objetivo.
¿Por qué no se siente la caída en la inflación?
Si al surtir tu despensa, ir a cargar gasolina o salir a comer sientes que los precios siguen altos, no es tu imaginación. Parte de la desconexión entre la caída en los precios reportada por el gobierno y tu experiencia personal tiene qué ver con distintos factores.

La desconexión entre tu experiencia personal y los datos oficiales responde a múltiples factores, la mayoría tienen qué ver con tu percepción y expectativas sobre los precios antes de la alta inflación ||Fuente: Wikicommons
Por ejemplo, el año pasado, el petróleo llegó a alcanzar los 139 dólares por barril, un precio que habría llevado a la gasolina magna a costar en México más de 30 pesos por litro. Sin embargo, el gobierno local suspendió el cobro de IEPS y aplicó subsidios adicionales para mantener los precios tan bajos como fuera posible.
Como se ha venido restaurando el cobro de IEPS paulatinamente, esta caída en los precios, tan pronunciada como fue en otros países, no se siente tanto en México. Incluso donde sí bajaron los precios de la gasolina de forma dramática, los consumidores tampoco sintieron el impacto de una inflación a la baja, pues otros productos subieron de precio.

La inflación se siente distinto en cada hogar: esto depende del perfil de ingresos y de nuestros hábitos de consumo || Fuente: Pixabay
Otro factor a tener en mente es que la inflación se siente de forma distinta en cada hogar. Esto es porque el Inegi hace una medición de productos genéricos para tener una cifra general que ayude a orientar la decisión de políticas monetarias y económicas. Sin embargo, al hacer el ejercicio de comparar cuánto subieron los precios que se compran en tu hogar; es decir, calculando tu inflación personal, la cifra sería más alta que la inflación oficial.
Incluso si no calculas tu inflación personal, lo cierto es que pensamos en términos de cuánto dinero gastamos al comprar comida o pagar la renta. Es decir, los precios siguen altos, mucho más altos de lo que estamos acostumbrados, pero sus precios se incrementan más lento que hace unos meses, o incluso, en el ponderado mensual llegamos a ver una ligera disminución. Sin embargo, el consumidor promedio sigue viendo que las cosas son más caras de lo que estaba acostumbrado.

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