El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) es uno de los impuestos que se cobran sobre artículos como las gasolinas, cigarros, refrescos, comida chatarra o bebidas alcohólicas. ¿Cómo es que influye en el precio de la gasolina? te contamos.
¿Qué es el IEPS?
Se trata de un impuesto indirecto, que los contribuyentes no pagan directamente, sino que se traslada a los clientes y se reporta al fisco. Es decir, es un impuesto incluido en el precio final, y luego, los recursos son transferidos al SAT.
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La idea del IEPS es cobrar un impuesto sobre bienes y servicios que ocasionan perjuicios sobre la salud o el medio ambiente. Aunque el IEPS se cobra desde 1982, las gasolinas lo comenzaron a pagar en 2013.
La tasa que se cobra al IEPS varía en función de cada bien o servicio. Suelen ser actualizadas sus tasas debido a la inflación, como ocurrió en 2021 y con efectos este 2022. Por eso, este año se cobraría un IEPS del 7.37% sobre gasolina, cigarros y refrescos.
¿Cómo influye el IEPS sobre el precio de la gasolina?
Los precios de la gasolina dependen de los precios internacionales del petróleo. Aunque la propaganda del régimen diga que es posible alcanzar la autosuficiencia energética, lo cierto es que los pozos petroleros mexicanos producen en su mayoría petróleo pesado, que Pemex abastece el 19% de los combustibles en México y que el 60% de los combustibles que consumimos son importados.
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Este 2022, subieron los precios del petróleo a más de 130 dólares por barril, junto a la guerra en Ucrania, que sumado a las restricciones de producción que la OPEP puso junto a la pandemia, y a las sanciones contra Rusia, supusieron que se redujera la oferta. Este hecho es positivo para Pemex, porque puede vender su petróleo en un mayor precio en los mercados internacionales, pero significa que los combustibles costarán más dinero.
Ante el alza de los precios del petróleo, el gobierno mexicano decidió aplicar estímulos fiscales del 100% sobre las gasolinas y el diésel desde marzo de este año, además de que impuso estímulos adicionales a estos productos con dinero público. Es decir, el gobierno renunció a cobrar IEPS mientras usaba dinero del gobierno para subsidiar la gasolina de personas particulares.
El impacto de estos subsidios significa que sin ellos, y con cálculos de PetroIntelligence en junio de 2022:
- La gasolina magna habría costado 34.13 pesos por litro, en lugar de los 21.73 pesos
- La gasolina premium habría costado 35.44 pesos por litro, y no los 23.77 pesos que costó
- El diésel habría subido a 35.57 pesos, en lugar de los 23.41 pesos que tuvo
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Como los precios del petróleo caen por debajo de los 90 dólares, el gobierno de México está retirando paulatinamente los estímulos primero a la gasolina premium y desde esta semana a la magna. Mientras bajan, sigue renunciando a cobrar el 94.12% del IEPS de la gasolina magna, y al 72.34% del IEPS de la premium. En tanto, el diésel sigue con subsidios, pero este viernes podrían comenzar a retirar los estímulos. A la vez, se retiraron los subsidios complementarios para las gasolinas.
Resultados de estos subsidios
Como indica la firma UBS, aunque las alzas en el precio de los combustibles se asocien a un mayor malestar social, en los hechos se trata de un subsidio regresivo porque beneficia a la población con mayores ingresos. Además, apuntan que en los hogares más pobres, los ingresos son destinados mayormente hacia el consumo de alimentos y no de combustibles.
Encima, pese a que Pemex registró utilidades por 259.9 mil millones de pesos el primer semestre del 2022, en lo que va del año, el gobierno ya gastó 421.6 mil millones de pesos en subsidios a los combustibles. Esto significaría que el gobierno estaría perdiendo hasta 1.5% del PIB por subsidiar estos productos. Se trata de un gasto porque no genera inversiones, sólo tiene un efecto paliativo en el corto plazo para disfrazar un alza de precios de la que el gobierno ni siquiera es responsable.
Fuente: Gobierno de México
Sin embargo, esta medida tiene un fuerte componente ideológico, toda vez que el presidente estuvo causando encono en 2016 y 2017, cuando con los precios libres de la gasolina y mayores costos del crudo, responsabilizó a Enrique Peña Nieto del alza de precios (cuando en los hechos, con el modelo anterior de precios fijos y gasolinazos, el gobierno terminaba con pérdidas: la gasolina tiene que costar lo que indican los mercados y no lo que quiera el gobierno mexicano). Ya en el gobierno, el presidente encontró la dificultad de cumplir su promesa de campaña para que la gasolina costara 10 pesos desde el 1 de diciembre de 2018, y súbitamente dejó de publicar videos al lado de bombas de gasolina para mostrar los precios.
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