El tema de las remesas ha sido clave para comprender porqué el peso no se ha depreciado frente al dólar, así como la relativa estabilidad de la economía mexicana en años de Covid-19.
Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, considerando de diciembre de 2018 hasta mayo de 2022, el último dato disponible que tenemos sobre recepción de remesas, se han captado alrededor de 154 mil 32.7 millones de dólares en México.
Las dimensiones de estos datos supondrían que el flujo anualizado de las remesas equivalga al 4.1% del Producto Interno Bruto (PIB), o que todas las remesas recibidas durante el gobierno de AMLO sean equiparables al estimado de la fortuna de Jeff Bezos, dueño de Amazon, cuyo patrimonio asciende a más de 139 mil millones de dólares.
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¿Cuál es la importancia de las remesas?
La entrada de remesas depende del crecimiento de la economía estadounidense, pues ese factor supone que se absorba a los mexicanos en el mercado laboral. Al mismo tiempo, las políticas de dinero y crédito barato en 2020, que se tradujeron en recortes a la tasa de interés y a la distribución de estímulos, impulsó el envío de remesas hacia México. Al mismo tiempo, los migrantes envían más dinero a sus familiares ante la dificultad de la situación en México.
Existen regiones de México cuyos ingresos dependen fuertemente de la entrada de remesas, y en los que la población consiste en mujeres, ancianos y niños. Sin embargo, este ingreso significa consumo y no inversión, por lo que no se puede esperar crecimiento de México a base de remesas.
Al mismo tiempo, el envío de remesas supone presión de compra para el peso mexicano, incrementando su demanda.
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Estos movimientos, junto con las exportaciones mexicanas, han mantenido al tipo de cambio en los 20 pesos, pese a las señales de inversión poco alentadoras que ha dado el gobierno actual, como la cancelación de un aeropuerto, poner a plebiscito popular la construcción privada de una cervecera, o amagar con otorgarle una mayor participación al sector público en el mercado energético. Sin embargo, tanto remesas como exportaciones dependen de factores externos a México.
¿Es de celebrarse la entrada de remesas?
Históricamente, la recepción de remesas no fue motivo de orgullo para los gobiernos, porque revela la falta de crecimiento económico en México, que orilla a los migrantes a buscar mejores oportunidades fuera del país.
Cabe recordar que el actual presidente López Obrador durante sus 12 años de opositor profesional criticó a los gobiernos de Calderón y Peña Nieto porque la insuficiencia de la economía mexicana para crear empleos la hace dependiente de las remesas.
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En contraste, López Obrador como presidente ha destacado como un hecho positivo la entrada de las “benditas” remesas. Cabe señalar que a diferencia de la inversión extranjera directa, que ha caído durante el gobierno actual, las remesas no reflejan confianza en el futuro del país, ni generan empleos.
Es por ello que la entrada de remesas, aunque es positiva en el corto plazo por cuestiones de supervivencia o de tipo de cambio, en un escenario más amplio solo revela la debilidad estructural de México.
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