En 2019, se perdieron 321 mil hectáreas de bosques y selvas en México, refiere el Global Forest Watch, mientras que el 2020 podría ser peor.
El ingeniero y ex candidato presidencial Gabriel Quadri, lo atribuye al Programa del gobierno Federal Sembrando Vida. Este es un programa que, en el discurso, pretende “reforestar con árboles maderables y frutales, para dar trabajo a más de 400 mil campesinos“. Empero, Quadri señala que este programa:
“(es un) despilfarro colosal de recursos del erario para establecer una vasta red político-electoral. El programa de marras carece de estudios de factibilidad y de estudios de mercado, indispensables estudios ecológicos y edafológicos, y de un obligado sistema de Ordenamiento Ecológico del Territorio. No existen (…) mecanismos creíbles de seguimiento, evaluación y reporte. Carece igualmente de criterios de conservación de la biodiversidad, corredores biológicos, y captura de carbono, y de sistemas adecuados de producción de plantas y de aseguramiento de supervivencia”.
De este modo, este programa de subsidios que tiene fines clientelares, es decir, otorgar dinero para asegurar votos al partido en el poder, tuvo un presupuesto de 15 mil millones de pesos para 2019, y uno de 28 mil millones de pesos para 2020, superando el presupuesto para la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Sembrando Vida podría estar generando incentivos para deforestar, señala Quadri, pues entrega 5 mil pesos mensuales por cada 2.5 hectáreas incorporadas al programa, por lo cual los propietarios del campo talan estas superficies para hacerse acreedores.

Imagen: Especial
Aunque en la ley esto está prohibido, en la práctica nadie verifica ni revisa esto, pues el subsidio se entrega por adelantado. Incluso el programa admite legalmente el desmonte de bosques o selvas o en sucesión ecológica y de tierras “ociosas” para ser sembradas con árboles maderables o frutales.
Esto ocurre sin supervisión ni criterios técnicos, por lo cual no hay monitoreo, y por tanto, hay porcentajes bajos de supervivencia (7% de acuerdo al gobierno). Por si fuera poco, se exacerban los impactos de la agricultura comercial, de los precios de garantía y los subsidios ganaderos.
Además, este programa agranda sus efectos de deforestación en los Estados con mayores tasas de deforestación históricas, que el propio Global Forest Watch señala: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz y Oaxaca.
Los resultados en términos de deforestación, de este modo, no son alentadores para México, considerando la ampliación de recursos para el programa en 2020, concluye el autor.