Las instituciones bancarias suelen negarse a otorgar tarjetas de crédito a personas de la tercera edad. Esto se debe a distintos factores que a continuación revisaremos.
En primer lugar, el banco pone atención en la esperanza de vida de la población. El promedio de vida de las mujeres es de 78 años; el de los hombres, de 72 años.
Entregarle una tarjeta a una persona de mayor de 65 años implica un riesgo alto para las instituciones, pues aumenta la posibilidad de abandono de deuda a causa de fallecimiento.
Los bancos pueden negarse a otorgar una tarjeta de crédito a adultos mayores por la esperanza de vida | Foto: Unsplash
Es muy duro decirlo, pero así funciona el sistema financiero. Por otra parte, los adultos mayores suelen reducir sus ingresos en comparación con los que tenían durante su vida laboral.
Así que este factor también influye en la renuencia de los bancos para otorgarles cualquier beneficio crediticio. No obstante, es importante señalar que estas condiciones no son absolutas.
Por ejemplo, si un adulto mayor cuenta con buena solvencia económica y tiene un buen historial con el banco, no tendrá problemas para solicitar y recibir una tarjeta de crédito.
Si cumplen con ciertas condiciones, pueden solicitar una tarjeta de crédito | Foto: Unsplash
El problema, en realidad, es para nuevos clientes, pues las instituciones solo basan su decisión en los factores negativos que revisamos anteriormente.
Por consiguiente, es un mito que los adultos mayores estén vetados de recibir tarjetas de crédito u otro tipo de herramienta financiera. Muchos tienen mejores registros que el resto de la población, así que las instituciones bancarias los observan con buenos ojos.
La clave está en el nivel de ingresos y en el comportamiento de pago de cualquier persona. Sin importar su edad ni otro tipo de condiciones individuales. Aunque, por supuesto, una tarjeta para una persona de la tercera edad tendrá un límite de crédito reducido.
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