¿Qué son los ‘farm-outs’ y por qué su cancelación afectaría a Pemex?
De acuerdo con Reuters, el gobierno de México planea cancelar las licitaciones de ‘farm-outs‘ para Pemex. Esto significa cerrarle la puerta a la búsqueda de socios para ayudar a la...

De acuerdo con Reuters, el gobierno de México planea cancelar las licitaciones de ‘farm-outs‘ para Pemex. Esto significa cerrarle la puerta a la búsqueda de socios para ayudar a la empresa petrolera a la producción de hidrocarburo en siete áreas en tierra (que comprende los estados de Veracruz, Tabasco y Chiapas), programadas para octubre. Se estima que en esta área hay reservas de petróleo de alrededor de 405 millones de barriles.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha cancelado las licitaciones de 100 contratos derivados de la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto. No obstante, quedaba en pie este ‘farm-out’ de octubre, enfocado en extracción de gas.

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Pero demos un paso atrás, ¿Qué es un ‘farm-out’? Dentro de la industria petrolera, un ‘farm-out‘ es una asociación estratégica entre dos o más empresas. Una de ellas es la que tiene los derechos de extracción y producción de una cierta área, mientras que la otra (u otras) es la receptora de algunos de estos derechos a cambio de diferentes metas y objetivos (dependen de lo que se acuerde o licite). Por ejemplo: el usufructo del subsuelo a cambio de capitalización, acceso a tecnología, compartir riesgos, adquirir capacidad operativa, etc.
En el caso específico de Pemex, los ‘farm-outs‘ eran vistos como oportunidades para capitalizar a Pemex y así emprender nuevos proyectos de exploración y explotación que por sí misma no podía realizar. Así, de la mano de la iniciativa privada se adquirían los recursos para realizar estos objetivos, a cambio de compartir derechos de explotación. Esto ayudaría a revertir la tendencia negativa de la petrolera y tal vez también a atraer nuevos inversionistas. Por lo menos estas eran las intenciones de la reforma energética del expresidente Peña Nieto.

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De no hacerse así, podría ser una señal negativa más que el gobierno mexicano le estaría enviando a las calificadoras sobre su estrategia para resucitar a Pemex. Porque recordemos que aunque recientemente Fitch le quitó el grado de inversión a Pemex, dejó su perspectiva en negativa, lo que podría derivar en una nueva baja de la nota de Pemex, de por sí ya valorada como ‘bono basura’. O peor aún, que alguna de las otras calificadoras siga el camino de Fitch y también baje la nota crediticia, que actualmente está todavía considerada como grado de inversión en dos de las compañías más importantes de este ramo, aunque en peligro de perderlo.