Las acciones preferentes son valores “híbridos” que comparten características tanto de bonos como de acciones. Aunque representan una participación en el capital de una empresa, también pagan intereses o dividendos regulares basados en el valor nominal del valor.
Piensa por ejemplo en Berkshire Hathaway, que emite dos clases de acciones: BRK.A, y BRK.B. Las acciones clase A son preferentes, y las tipo B son comunes. La diferencia de precio es significativa entre la acción preferente y la común, pero también hay diferencias desde el punto de vista financiero.
Hay empresas que emiten acciones preferentes y comunes: ¿sabes en qué se distinguen? || Fuente: Unsplash
Entre sus ventajas, las acciones preferentes suelen ofrecer rendimientos más altos que las acciones comunes o bonos de la misma empresa. Además, sus dividendos tienen prioridad sobre los de las acciones comunes en caso de problemas financieros. Sin embargo, hay desventajas. Los accionistas preferentes normalmente no tienen derechos de voto (esto depende de la empresa y sus estatutos) y no comparten el potencial de apreciación de precios que tienen las acciones comunes.
También existen riesgos. En caso de bancarrota, los accionistas preferentes tienen prioridad sobre los accionistas comunes, pero aún están detrás de muchos otros acreedores y tenedores de bonos.
Las acciones preferentes suelen tener vencimientos muy largos, lo que las hace sensibles a los cambios en las tasas de interés. Además, el emisor puede redimir las acciones preferentes después de cierto tiempo, lo que plantea el riesgo de que esto ocurra cuando las tasas de interés son bajas.
En última instancia, decantarse por una acción preferente depende de la situación financiera y perfil de riesgo del inversionista. Para más novedades, sigue las redes de Tu Cochinito.
