Con el alza en los precios de la energía, en varios hogares es clave pensar en cómo disminuir su consumo eléctrico. El refrigerador es un buen lugar para empezar a recortar gastos, si lo usas de forma inteligente.
La primera área de oportunidad en tu refrigerador es la temperatura: trata de que esté a una temperatura aceptable, como 4 o 6 grados Celsius. Estas son las temperaturas menos frías que admiten distintos modelos, y supondrán menos gasto energético.

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Para el caso de tu congelador, le hacemos caso a los empaques de las paletas, la temperatura ideal son los -18 grados Celsius.
Otra clave es la ubicación del refrigerador. Este electrodoméstico consumirá más energía si lo pones en sitios cálidos, como cerca del horno, la estufa, o hasta expuesto al sol. Para que esto no ocurra, intenta mover tu refrigerador a una zona fría de tu cocina y revisa que haya al menos cinco centímetros o espacio libre alrededor de las ventilas traseras.
Otras claves están en no colocar comida caliente directamente en el refrigerador, porque esto significará un mayor consumo energético. Deja que se enfríe a temperatura ambiente y después puedes refrigerarla.

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También es importante no dejar la puerta de tu refrigerador abierta por tiempos prolongados, porque esto contribuye al desperdicio de energía y deja que se calienten tus alimentos. Para descongelar y ahorrar electricidad, prefiere pasar las cosas del congelador al refrigerador o a temperatura ambiente y no al microondas.
Por otro lado, se recomienda que tengas como máximo a tres cuartos de su capacidad lleno tu refrigerador y que lo descongeles regularmente.
Por último, revisa tu refrigerador constantemente, pues si es un aparato ya viejo podría terminar consumiendo más energía en el largo plazo que si compras uno nuevo.

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