No hay peor villano para nuestro bolsillo que las compras impulsivas. Aquellas que se realizan sin pensarlo dos veces, que no representan una necesidad urgente o que se llevan a cabo a pesar de estar fuera de presupuesto. Ahorrar dinero y comprar por impulso no son prácticas que se lleven bien.
Por esta razón, a continuación te daremos algunos tips que te ayudarán a evitar una catástrofe financiera y que te guiarán a ser parte del selecto grupo de compradores objetivos, esas personas que no se dejan llevar por sus emociones para tomar decisiones de compra y que logran convertir sus impulsos en un método de ahorro.
Cómo identificar y evitar las compras impulsivas
Las compras impulsivas, como ya se mencionó, son un mal terrible para tus finanzas personales. Así que es muy importante identificar el tipo de transacciones que suelen concretarse bajo el influjo de las emociones.
Así que, si incurres en alguna de las siguientes prácticas, puedes estar en riesgo de adquirir deudas insolventables y de provocar un daño permanente para tu bolsillo. Se habla de compras impulsivas cuando:
- Adquieres un producto que no necesitas solo por la promoción del mismo.
Es muy común que las personas caigan en el juego de las promociones y descuentos. Aun si no necesitan comprar nada, lo compran porque piensan que la promoción es un beneficio para su cartera, cuando en realidad es todo lo contrario.
Si no necesitas el artículo o no lo estabas buscando antes de encontrar la promoción, será mejor que pienses dos veces antes de llevarlo a casa.
- Haces compras de temporada: artículos patrios en septiembre, calaveras en Día de Muertos, etc.
No está mal festejar las fechas que nos parecen importantes. Sin embargo, en ocasiones nos sentimos obligados a demostrar nuestro ánimo festivo y caemos en compras que se salen de nuestro presupuesto y que pueden provocarnos deudas difíciles de pagar.
- Compras cosas según tu estado de ánimo.
Hay personas que se enojan o están tristes y compran algo para tranquilizarse; o lo contrario, se sienten eufóricos y adquieren un producto sin pensarlo. Evita este tipo de prácticas: a las deudas no les importan tus emociones. Tarde o temprano tendrás que pagar por esas compras que realizaste sin miramientos.
Si identificas tu conducta de compra dentro de los parámetros anteriores, intenta cambiar este mal hábito financiero. Un tip extra: convierte estas compras impulsivas en ahorro de dinero. Cuando estés cerca de caer en una transacción perjudicial, guarda ese dinero y llévalo a la alcancía. Así, en lugar de provocar deudas, generarás fondos adicionales.
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