Home office: ¿Héroe o villano para tus finanzas personales?
¿Trabajas a distancia? ¡La Ley te protege!

El home office o trabajo en casa, derivado de la pandemia por Covid-19, es un alivio para todas aquellas personas que sufrían por el tráfico en la ciudad, por los largos trayectos hacia la oficina y, en general, por los problemas propios del traslado en horas pico.
No obstante, el trabajo a distancia también acarreó algunos conflictos que impactaron directamente en el bolsillo de la ciudadanía. Así pues, en los últimos meses ha surgido un cuestionamiento entre los trabajadores: ¿el home office es bueno o malo?
Todo depende del cristal con que se mire: como ya mencionamos, si se trata de ahorrar tiempo, el trabajo en casa es la solución a todos los problemas. Evitas el estrés ocasionado por salir de tu hogar y trasladarte a la oficina y, a la vez, las horas del día te rinden más para cualquier actividad extra que quieras realizar.

Así es como el trabajo en casa te ayuda a ahorrar tiempo | Fuente: Unsplash
Finanzas personales y trabajo a distancia
Sin embargo, cuando se trata de una cuestión económica, el asunto es distinto: trabajar en casa implica llevar los gastos propios de tu jornada laboral por tu cuenta.
De acuerdo con cifras de la bolsa de trabajo OCCMundial, el 35% de los trabajadores mexicanos que trabajan a distancia ha registrado un aumento en los gastos derivados de su actividad laboral.
Este incremento está directamente relacionado con dos factores: el pago de servicios básicos para el desempeño de la jornada de trabajo y los gastos en mobiliario y herramientas propias de la ocupación de cada individuo.

El pago de servicios básicos corre por tu cuenta durante tu jornada laboral | Fuente: Unsplash
Cuando te quedas a trabajar desde la comodidad de tu hogar, el pago de la luz, el agua, el gas, la comida, etc., corre por tu cuenta. De la misma manera, es indispensable que adquieras un escritorio y una silla propicios para realizar tus quehaceres, que pagues el internet con la potencia ideal para el desempeño de tu labor, etc.
Prácticamente, la empresa te ofrece un empleo, pero tú debes encargarte de solventar todo lo que necesites para llevarlo a cabo.
A raíz de esta situación, las autoridades reformaron el artículo 311º de la Ley Federal del Trabajo para obligar a las empresas, cuyos empleados realicen más del 40% de su jornada de forma remota, a satisfacer los gastos derivados de las actividades suscritas a los puestos de trabajo de la misma institución.

Esto dice la Ley respecto al home office | Fuente: Unsplash
Ley del home office
Actualmente, por ley, las compañías deben: “proporcionar, instalar y encargarse del mantenimiento de los equipos necesarios para el teletrabajo”; así como “asumir los costos derivados del trabajo a través de la modalidad de teletrabajo, incluyendo, en su caso, el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de electricidad”; entre otras obligaciones.
De esta manera, se pretende reducir el impacto del home office en las finanzas personales de los trabajadores. Empero, bien dicen que “del dicho al hecho, hay mucho trecho”.
La realidad del panorama nacional indica que las empresas aún no se apegan a este tipo de modelo legal de trabajo y, por lo tanto, los gastos mencionados siguen instaurados sobre los hombros de los empleados.
En conclusión: sí, el trabajo a distancia es muy cómodo, pero representa un perjuicio para el salario y las condiciones de los trabajadores.

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