La inversión no se trata únicamente de comprar partes de empresas o ETFs, o de poner a trabajar tu dinero cobrando intereses. También puedes comprar activos como propiedades, que te permitan invertir en algo más ‘tangible’ y que más personas pueden entender. Te decimos las opciones a tu disposición que existen.
Comprar propiedades para alquilar
Puedes comprar casas, departamentos, almacenes, fábricas o propiedades comerciales y luego cobrar renta a los usuarios. Bajo este esquema, cobrarás mensualmente por la renta, mientras que con el paso de los años es posible que el valor de tu propiedad aumente, por lo que también podrás cobrar una mayor renta. No olvides que debes pagar impuestos.
Lo malo es que los inquilinos pueden dañar tu propiedad, que tú serías el responsable de gastos de reparación, que el inquilino no pague a tiempo, que tardes tiempo en encontrar a quien alquilar, o que si quieres vender te cueste tiempo.
En todo caso, ambas sumas suponen altas cantidades de dinero y dificultad para recuperar la liquidez || Fuente: Pixabay
Comprar para revender
Asimismo, puedes comprar una propiedad, repararla o esperar a que se revalorice la zona para que puedas revender a un mejor precio.
La desventaja es que solo tendrás el dinero en liquidez hasta que vendas, que los costos de arreglar pueden ser más altos de lo que esperas, y que toma tiempo encontrar comprador. Si tú mismo eres hábil haciendo reparaciones, puede ser ideal esta opción. Pero si vas a pagar a otros, más vale que estés presupuestando y que no se salgan los gastos de control.
Hay otras dos opciones para invertir en propiedades: el crowdfunding y los Fibras, que son mucho más accesibles a todos los bolsillos, pues no se necesita comprar todo un hotel o un centro comercial para invertir ahí.
En los canales oficiales de Oink Oink podrás conocer otros consejos sobre inversiones.
