Cuando tienes 18 años, te sientes invencible. Hasta cierto punto, no estás equivocado: las desveladas te hacen lo que el viento a Juárez, tienes buena condición física, etc. No obstante, tienes una debilidad enorme: el manejo de tus finanzas.
Como eres muy joven, te enfocas en vivir el presente y en vivirlo al máximo, sin importar cuánto dinero salga de tu presupuesto. No importa si es poco o mucho, te lo gastas todo.
Lo peor es que no hay muchos medios o alternativas para aprender a manejar tus finanzas. La difusión de estrategias y herramientas financieras para jóvenes es casi nula.
Las herramientas financieras no llegan a los jóvenes | Foto: Pexels
Pero no vale para nada lamentarse, mejor hablemos de aquellos consejos que te salvarían más de una vez de tener problemas económicos en el futuro. Esos consejos que, al menos a mí, me hubiera gustado recibir cuando tenía 18 años.
- Evita las compras impulsivas.
Cuando eres joven se te hace muy fácil comprar por comprar. Craso error: si no lo necesitas o no cumple con tus expectativas, mejor guarda ese dinero para después, te va a servir en el futuro.
- Abre una cuenta bancaria
No hay muchos requisitos para abrir una cuenta de débito. Cuando tenía 18 años guardaba el dinero en la cartera. A veces lo perdía o a veces me costaba llevar un registro del dinero que salía de mi bolsillo.
Abrir una cuenta bancaria es más fácil de lo que piensas | Foto: Pexels
Tener una cuenta en el banco no solo te ayuda gestionar tus fondos, también te brinda la posibilidad de familiarizarte con la banca digital y con los servicios bancarios que utilizarás más adelante.
- Ahorra un poco de dinero
Destina cierta parte del dinero que tengas a un fondo de ahorro. Aunque sea una cantidad mínima, ahorrar siempre resulta en un beneficio enorme para tu yo del futuro.
Un tip extra: es común que en la app de tu banco exista una opción diseñada para este tipo recursos. Apartar dinero en tu banca digital suele darte rendimientos; es decir que los recursos que ahorres crecen con el paso del tiempo, pues el banco “te paga” por guardar tus fondos allí.
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