El tiempo para llevar a cabo la declaración anual ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha dado fin. El proceso se llevó a cabo con la intención de recaudar impuestos, así como llevar las cuentas para estar al tanto de que lo reportado concuerde con la información que se ha proporcionado.
A pesar de esto, es importante tomar en cuenta que se pueden realizar autorías para fiscalizar los errores que se hayan encontrado en la declaración.
El proceso se llevó a cabo con la intención de recaudar impuestos. Fuente: Pixabay
Algunas de las entidades que pueden encargarse de aplicar este tipo de medidas contra los contribuyentes son el Infonavit y el IMSS pero el SAT suele dar más miedo a los contribuyentes, ya que Hacienda también está de por medio para que se cumplan con las responsabilidades fiscales.
Es recomendable que por nada del mundo des información falsa u omitas tus deberes ante la autoridad fiscal, ya que si los gastos que tienes no coinciden con el ingreso que declaraste, el SAT puede considerar que estás cometiendo una discrepancia fiscal y esto en automático te lleva a una investigación.
Hay un límite de cinco años desde el momento en el que se llevó a cabo la declaración del ejercicio fiscal correspondiente. Fuente: Pixabay
Algo que debes saber y no pasar desapercibido es que el SAT tiene la oportunidad de llevar a cabo tres etapas de revisión, donde la primera consiste en monitorear que cumplas como contribuyente con las obligaciones fiscales. Esto, una vez que se establezca si no hubo omisión por declarar impuestos.
Como último paso, queda sancionar a los contribuyentes que cometan faltas.
Uno de los detalles que hay que considerar es que hay un límite de cinco años desde el momento en el que se llevó a cabo la declaración del ejercicio fiscal correspondiente.
En caso de que el contribuyente no tenga registrado su RFC, el alcance de las autorías se ampliará hasta una década para estar al tanto con toda la información que requiere la dependencia.
Mantén tu información en orden y evita dar información falsa, o que no concuerde con tus ingresos reales, ya que el SAT puede tomar estrictas medidas al respecto.
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