Es bien sabido que el salario mínimo se reconoce como un derecho adquirido por el movimiento obrero y de los trabajadores alrededor del mundo. Pero a lo mejor no sabías que ya es una idea vieja, que viene rondando en el mundo desde finales del siglo XIX. Nueva Zelanda y Australia fueron los primeros países en legislar regulaciones para el salario mínimo.
Dicho de forma muy sencilla, el salario mínimo es el sueldo más bajo que por ley se le puede pagar como remuneración a un trabajador por una jornada laboral. Esto quiere decir que la referencia al salario mínimo establece al menos tres cosas: un derecho legislado, un monto en dinero y un período de tiempo de trabajo (en días, horas o mes).

Imagen: Especial
En cada país estos tres elementos varían de alguna u otra forma, aunque en todos los casos implica una relación entre ellos. Por ejemplo, en México la medida del salario mínimo se estipula en pesos por día, mientras que en Estados Unidos se hace en dólares por hora.
Pero, ¿porqué existe el salario mínimo? Los que lo han promovido aseguran que es un instrumento que ayuda a combatir la pobreza, mejorar la distribución de la riqueza, promover la igualdad económica y ser garantía de acceso a los recursos de la canasta básica. Sin embargo, aún hoy en día se debate sobre si realmente es beneficioso o perjudicial para la economía.
Sea como sea, México es un caso interesante, porque hasta 2016, el salario mínimo no sólo estipulaba un sueldo mínimo, sino también era una referencia económica con la que el Gobierno calculaba muchas de sus transferencias (desde multas y créditos, hasta asignaciones presupuestales). Prácticamente la mayor parte de los precios que calculaba el Gobierno, lo hacía a través de la referencia al salario mínimo.

Imagen: Salarios mínimos al 2017 OCDE
En 2016, el salario mínimo se “desindexa” – que no es otra cosa más que desvincular – de la operaciones gubernamentales, y en su lugar, se crea la UMA (Unidad de Medida y Actualización). Con esto, la discusión del salario mínimo deja de ser dependiente de sus efectos como referencia de las transacciones del gobierno y, por ende, subir el salario mínimo ya no implica automáticamente subir los “precios” de las transacciones burocráticas. Ni viceversa: modificar los precios de las transacciones burocráticas ya no significa afectar el tope del salario mínimo.
En la actualidad, el salario mínimo en México se encuentra en $102.68 pesos a nivel nacional, y en $176.72 pesos en la zona libre de la frontera norte, lo que lo hace uno de los más bajos entre los países de la OCDE.
