Regularmente, la recompensa por ser un trabajador confiable es más trabajo. Aunque ser productivo es algo positivo, es importante aprender a poner límites para que no se aprovechen de ti.
Si se te pide que hagas más trabajo del que eres capaz de hacer, es importante a decir “no”, pero lo importante es aprender a decirlo con diplomacia.

Es importante poner límites con diplomacia
|| Fuente: Pixabay
Negar una petición a una persona que tiene control sobre tus ingresos generalmente trae cierto nerviosismo. De este modo, sí, es importante que trates a tu jefe como si fuera tu cliente, el más importante de ellos.
Pero cuando se te pida algo que te rebasa, puedes iniciar la respuesta con “sí, pero”… la idea es que después del pero establezcas límites en los que expliques que estás dispuesto a colaborar con lo que se te pide, pero no de inmediato.
Por ejemplo, comparte con tu jefe tu agenda de trabajo, y hazle saber que tienes otras tareas. De este modo, podrás preguntar cuáles de estas tareas son más prioritarias y necesitan estar listas lo antes posible.
De este modo, demostrarás que eres un elemento valioso para tu equipo de trabajo, mientras pones límites y le haces saber a tu jefe que no estás dispuesto a cargar más responsabilidades en tu jornada laboral.

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