Aunque estés calificado para el puesto de trabajo, puede pasar que no logres pasar la fase de la entrevista laboral. ¿Qué debes hacer para asegurar un empleo? Te contamos sobre los errores que estás cometiendo y qué hacer.
1: Te ves desesperado
Los reclutadores saben cuando estás desesperado, sobre todo cuando estás desempleado y cada vez más te urge el dinero. Recuérdate a ti mismo que no ser seleccionado no significa que fallaste. En vez de enfocarte en obtener el empleo a toda costa, explica porqué serás un elemento valioso para la empresa.
Es importante demostrar confianza en tus capacidades || Fuente: Unsplash
2: Dudas de ti mismo
Si te muestras poco seguro al hablar sobre tus habilidades, sonarás nervioso, indeciso o ansioso. En su lugar, debes hablar con seguridad sobre tus capacidades y porqué te hacen ser el mejor candidato para el puesto.
3: No das detalles sobre tu experiencia anterior
Si te preguntan sobre las labores que desempeñaste anteriormente, y que tú mismo escribiste en tu currículum, asegúrate de contar experiencias, con ejemplos concretos sobre tus logros. Pon cifras, números y porcentajes para ilustrar lo que hiciste en tus empleos anteriores.
La forma en que respondes las preguntas de una entrevista laboral es lo que hace la diferencia || Fuente: Unsplash
4: Tratas de ocultar tus debilidades
Si eres honesto al hablar de la clase de trabajador que eres, comunicando tus fortalezas y debilidades, podrás demostrar que tienes una mentalidad de crecimiento. Pregunta cuáles son las características del mejor candidato. Si careces de esas habilidades, explica cómo afrontarías esos retos en caso de que te contraten. Es clave hacer saber que estás dispuesto a aprender lo necesario para que las labores se hagan como se espera.
5: Recuerda, no tiene que ver contigo
En ocasiones, agotaste las posibilidades en tu poder y algo que no estaba en tus manos ocurrió. Tal vez la empresa canceló las cancelaciones, o pese a que diste lo mejor de ti, no eras lo que buscaban.
Sin importar la razón, no te desanimes. Si te dijeron que se comunicarían contigo y se tardaron, nunca hace daño enviar un correo de seguimiento. Sin embargo, llega un punto en el que debes centrar tu energía en buscar otras oportunidades.
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