Asistir a un concierto se ha convertido en uno de los planes más esperados que las personas organizan para cantar junto a su artista favorito. Sin embargo, hoy en día cada vez es más caro comprar un boleto. Pero, ¿a qué se debe esta subida de precios en sus entradas?.
¿Por qué los boletos a conciertos son muy caros?
Uno de los principales retos que las personas enfrentan al momento de comprar un boleto para un festival o concierto es el precio a pagar. Ya que en los últimos años se han elevado considerablemente.
Un claro ejemplo este 2022 son los precios al concierto de Bad Bunny en México, donde las entradas oscilan los $810 hasta los $8 mil 850 pesos por persona en la zona más exclusiva, a ello se suman eventos como el Corona Capital donde los precios van de los $3 mil 900 a los $8 mil pesos por tres días del evento o el Flow Fest, donde los precios por fases van desde los mil 880 pesos hasta los $6 mil 200 pesos.
Las ‘Superestrellas’ cobran mucho por conciertos | Imagen: Google
Sin embargo, a pesar que la pandemia del Covid-19 ha influido en una alza considerable de los precios a festivales de música, es una práctica que lleva años. Un estudio titulado “Rock and Roll, Economics, and Rebuilding the Middle Class” que realizó la Casa Blanca durante el mandato de Barack Obama, indica que los precios de boletos aumentaron 400% entre 1981 a 2012, algo que supera por mucho a la inflación general de los precios al consumidor que fue de 150%.
De esta manera, se observa que la inflación no es del todo el culpable de crear tarifas ‘impagables’ para el público, sino una situación de oferta y demanda por ver al ‘artista’, de este modo las ‘Superestrellas’, del momento ajustarán sus precios según se agoten sus entradas, en pocas palabras, entre más “Boletos Agotados”, más difícil será comprar un boleto para el próximo concierto, de aquí la creación de las fases de venta a festivales y conciertos.
Finalmente, lo que antes para las disqueras representaba un concierto como pérdida de dinero, ahora es una de sus principales fuentes de ingresos, ya que al no controlar la reproducción de música ilegal, puede explotar la presentación del artista, al punto de convertirse en un evento exclusivo o de prestigio.
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