Una tarjeta de crédito implica un uso responsable de las deudas para que jueguen a tu favor y no para que te consuman. Te decimos cuáles son las situaciones en las que no deberías solicitar una tarjeta de crédito.
No me alcanza mi sueldo
Nunca deberías pedir una tarjeta de crédito porque no te alcanza. No se trata de dinero extra, sino de dinero prestado que pagarás en el futuro y con intereses.
En su lugar, piensa en la tarjeta de crédito como un método de pago que te da beneficios como los meses sin intereses, que debes aprender a manejar para que no se salgan de control.
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Alguien más me dijo que es importante
Hay personas que te aconsejan tener una tarjeta de crédito disponible para emergencias, o que debes tenerla para tener historial crediticio.
Sin embargo, no deberías tenerla sólo porque otras personas dicen. Mejor tenla porque te ayudará a alcanzar tus propios objetivos, por lo que tú piensas a largo plazo en tus intereses y no en copiar.
Para emergencias, es mejor que ahorres y construyas un fondo en vez de financiarte con dinero prestado que desbalancee tus finanzas.
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Lo necesito para ayudar a alguien más
Si pides una tarjeta de crédito para ayudar a un amigo o familiar que no ha pagado sus deudas, podrías estar cayendo en un error, pues no tienes la garantía de que te paguen a ti después.
Aunque regularmente la forma de pagar una deuda no suele ser pagar un préstamo con otro, aquí está la ilusión de que la tasa para ti es más baja que para ellos. No caigas, el riesgo lo asumes tú.
Mejor recomienda a esas personas que reestructuren su deuda con el banco que prestó y que tome un curso de educación financiera.
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