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¿Puedo empeñar o vender mis monedas antiguas?

Así puedes vender o empeñar tus monedas antiguas sin morir en el intento.
monedas antiguas

A raíz de toda la información que circula en internet acerca de las monedas antiguas y sus elevados precios de venta, no se puede evitar preguntarnos qué debemos hacer para concretar un negocio como ése.

Por ello, ya sea que quieras vender o empeñar tus monedas, aquí te daremos algunos tips para lograrlo y obtener el mejor trato posible.

¿Cómo negociar con monedas antiguas?

  • Lo primero que debes hacer es identificar el lugar adecuado para vender o empeñar tus artículos. 

El valor de una moneda depende de distintos factores: el material con que están hechas, su apreciación histórica, el interés de coleccionistas, etc. De acuerdo a esto, debes elegir el lugar ideal para buscar un trato justo.

Éstos son los factores que influyen en el valor de una moneda antigua | Fuente: Unsplash

Si tu moneda está hecha de oro, plata o algún metal valioso, puedes acudir directamente a una casa de empeño común o venderla en sitios especializados en estos materiales.

En cambio, si tienes una moneda antigua y deteriorada no te convendría ir a una tienda de empeño común, sino a sitios especializados en numismática o en artículos viejos.

  • Mantén tus monedas en el mejor estado posible

Si encuentras un objeto antiguo de cualquier tipo conservado en su estado original, éste podría valer una fortuna. Ocurre lo mismo con las monedas: a mejor estado, mayor precio.

Asegúrate de no maltratarlas; o bien, de darles una manita de gato antes de buscar un comprador.

Mantén tus monedas en el mejor estado posible | Fuente: Unsplash

  • Determina el valor de las monedas

Recuerda que la demanda de estos objetos tiene que ver con valores reales, como mencionamos en el primer punto. Determina si tienes una pieza histórica o valiosa por sí misma.

En ocasiones las personas intentan vender objetos con valor sentimental y, por supuesto, son rechazados; en otros casos, un vecino te dice que tu objeto era un tesoro y, antes de verificarlo, decides salir a venderlo, en cuyo caso no te darán ni las gracias.

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